La invasión de Sony

Para nadie es desconocido.

Sony, con el lanzamiento de su consola Playstation, arrasó y le dió forma a las nuevas generaciones de videojuegos, sobrepasando a la siempre clásica Nintendo y destruyendo el mercado de Sega, quienes solos eran los líderes del mercado de videojuegos. Ese status quo se mantuvo hasta que nació la Playstation (y después Microsoft metió la cuchara).

No es necesario decir más: existen documentales que hablan al respecto, páginas de Wikipedia, especiales en sitios de Internet.

En mi caso, debo confesar que amo las consolas de Sega: tengo un Game Gear, tengo un Genesis/MegaDrive mark 1, un mark 2 y un mark 3. Tengo el 32X, tengo el Sega Saturn y el Dreamcast. Estoy a portas de terminar mi colección una vez compre el Sega CD y el Master System.

Para los conocedores, pensarán que estoy olvidando algunos… Si, existe el Genesis CDX. Si, existe el SG-1000. Pero, ¿cuál es la posibilidad de conseguirlos? Punto aparte, mi primera motivación para hacer esta colección son los juegos de Sonic the Hedgehog (dos temas para dos tópicos después).

Sin embargo, en días recientes, decidí dejar mi colección de Sega en standby. Podría haber conseguido aquellos juegos que me faltan, pero no. En cambio, conseguí un Playstation Portable, y un Playstation 2.

El PSP siempre captó mi atención, desde que lo ví en manos de un compañero de mi universidad. Tiene juegos interesantes, la duración de la batería es excelente y es liviano y tiene un gran abanico de opciones y características.

El PS2 no necesita tampoco introducción. Se está convirtiendo en una de las consolas clásicas, a pesar que aún siguen saliendo juegos para esta.

Pero, ¿por qué estas dos consolas? Por dos razones básicas: La primera, hay juegos de Sonic para ellas y necesito poder jugarlos. Mi cerebro obsesivo compulsivo lo necesita.

La segunda, hay muchos otros juegos que son igualmente interesantes. Los Final Fantasies para PS2, Kingdom Hearts, juegos japoneses en el PSP (como los Hatsune Miku: Project Diva), y muchos otros.

Así que Feliz Navidad, yo. Yo quería regalarte estas dos nuevas consolas. No me lo agradezcas.

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