In honorem Vir memorabilis
-En honor de un hombre extraordinario-
Ayer, ha pasado a mejor vida uno de los hombres más fabulosos que la historia de la computación personal ha tenido. Aparte de científicos notables como Knuth, Mandelbrot entre otros, Steve Jobs le regaló a la computación un toque que le hacía falta cuando la computación arrancó: Creatividad.
No es desconocido para todos, que Jobs era un exagerado perfeccionista, de quien sus más cercanos declaraban cuán difícil era tratar con sus torbellinos de emociones. Su ritmo de vida forzaba a su imaginación a funcionar a velocidades impresionantes, pues siempre buscaba mejores formas para impulsar a su compañía, Apple, a niveles nunca esperados de innovación, de creatividad y de fuerza de impulso de la industria.
Su salud deteriorada desde hace años, le previnieron del cumplimiento de sus deberes en Apple varias veces, aunque sus decisiones tras bambalinas impulsaron a la empresa en la mejor de las direcciones jamás existentes en la historia de la computación.
A Steve Jobs, un hombre increíble. Que su espíritu siga impulsando la creatividad en nuestras ciencias por siempre.
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